Hace algunos meses en un post hablaba de una marca de la que soy usuario, BMW y de la fiel legión de usuarios de su modelo R 1200 GS, más caro que las motos competidoras equivalentes pero una apuesta segura para un comprador por muchas razones. La creación de un concepto de marca original permite a BMW ganar un buen margen adicional. Sin salir del mercado de las dos ruedas, y como desgraciadamente uso la moto fundamentalmente por ciudad, me he llegado a plantear la compra de un scooter, por lo que visité una tienda y quedé prendado de esta preciosidad…
Me pareció una moto con estilo, limpia, elegante y de una
marca con tradición y glamour. Y para ampliar la información sobre ella, busqué
en la Web de Lambretta y me encontré la siguiente sorpresa:
Pero este caso tiene más enjundia. En 1972 Lambretta vendió
la fábrica y la marca al gobierno indio que creó la empresa Scooters India Limited
(S.I.L.) y ésta a su vez la cedió a una empresa inglesa llamada Fine White Line
Ltd. (FWL), que a su vez concedió sub-licencias a Motom Electronics Group (MEG)
y a CLAG.
Desde entonces ha habido todo tipo de litigios y sentencias
y aparentemente por cada scooter que venda Motom con la marca Lambretta, debe
compensar con una multa de 100.000 euros a “Lambretta Consortium. Es decir, este producto no es exactamente "una copia" sino algo que en su día fue un original.
Con las cifras que se manejan en el mundo de las marcas…
¿por qué hay quien todavía escatima en su construcción y en la protección legal de
las mismas?
Crear una marca lleva tiempo. No es barato. Pero paga
grandes dividendos. Todos los análisis financieros indican que los márgenes de
compañías con marcas fuertes y protegidas son mucho mayores que los de empresas
con marcas poco diferenciadas y con mensajes difusos.
Un reciente ejemplo del valor económico del branding viene
publicado recientemente por Harvard Business Review e indica que las empresas
con nombres breves y sencillos son más atractivas para los inversores. Una
ligera simplificación de una palabra en el nombre produce una mejora del 2.5%
en el ratio de valor de mercado/valor contable, lo que se traduce para una
empresa de tamaño medio en la muestra utilizada en un valor de mercado de 3.75
millones de dólares.
Por eso, cuando estén pensando en su empresa, y sus
productos y servicios háganse esta pregunta: “¿Es realmente tan superior la
maquinaria (el movimiento, que llaman los entendidos) de un Rolex no
certificado como cronómetro que el de un Hamilton, un Viceroy o un Seiko?” La respuesta seguramente es
“no”.
De la misma manera, a pesar de ser más bonita la “Lambretta”
que vende Motom que la que vende “Lambretta Consortium”, y a pesar de que en su día sí era un producto
original, es mucho más encantador,
elegante y satisfactorio ir montado en la original. Y al dueño de la marca, ese
“gustirrinín” le proporciona ingresos.
Y es que como dice la chica esa del anuncio: “adoro las
marcas”.
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