martes, 29 de noviembre de 2011

¡Una interesante gilipollez!


Como soy un apasionado de la lengua y sus curiosidades que son de tanta utilidad en el mundo creativo en el que me muevo, no puedo resistirme a compartir con mis lectores este breve e interesante texto que me llega por mail y cuyo texto reproduzco tal cual. No estoy seguro de su veracidad pero me gusta y punto.

En Madrid hay una calle llamada de Gil Imón, haciendo de travesaño entre el Paseo Imperial y la Ronda de Segovia. Es una calle dedicada al que fue alcalde de la capital, D. Gil Imón, por los tiempos de doña Mariquita de mi corazón, cuando el duque de Osuna organizaba sus célebres bailes, a los que acudía la crema social, para poner en el escaparate familiar a lindas damitas de la buena sociedad, como oferta casadera, las cuales acudían ataviadas con su miriñaque de fino muaré.

A las damitas de entonces se les aplicaba el apelativo de "pollas", que en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) llevan, como sexta acepción, figurada y familiarmente, el significado de jovencitas, algo que hoy se ignora, pues el lenguaje en la actualidad se ha vuelto recio y tosco: la polla de entonces es la "tía" de ahora y las mentes malévolas sustituyen el significado antiguo por otro de morbosas connotaciones.

El tal Don Gil era un personaje de relieve (la prueba está en que tiene dedicada una calle) y su nombre aparecía frecuentemente en los ecos de sociedad de las revistas del corazón de la época. El hombre, después de atender a los acuciantes problemas que su cargo de alcalde comportaba, se sentía obligado a responsabilizarse de sus deberes familiares, como buen padre. Tenía dos hijas en edad de merecer, feotillas ellas, no muy sobradas de gracejo, y hasta un tantico tontuelas.

Y se hacía acompañar por ellas a todos aquellos sitios a los que, invitado como primera autoridad municipal, tenía que acudir. Tras la imponencia de unos bigotes municipales, se ocultaba un corazón de padre.

-¿Ha llegado ya D. Gil?

-Sí, ya ha llegado D. Gil y, como siempre, viene acompañado de sus pollas.

D. Gil departía animadamente con los próceres de la actualidad, y, mientras tanto, sus pollitas iban a ocupar algún asiento que descubrieran desocupado, a esperar a que algún pollo (en masculino (solía aderezarse con pera:"pollo-pera") se les acercase, cosa siempre poco probable.

La situación, una y otra vez repetida, dio lugar a la asociación mental de tontuelidad con D. Gil y sus pollas.

Al tonto, a secas, podía llamársele: bambarria, menguado, zampatortas, chirrichote, rudo, zamacuco, papanatas, tolondro, ciruelo, zote, mamacallos, mameluco, majadero, zopenco, mastuerzo, borrico, tonto, necio, obtuso, imbécil, mentecato, idiota, torpe, lelo.

Pero ¿cómo describir esa circunstancia tan compleja de tontuelidad inconsciente? Decía padre Ramón que el que es tonto y lo sabe no es tonto del tó.

Los imaginativos y bien humorados madrileños lo tuvieron fácil: para expresar la idea de tontuelo, tontaina, tontucio, tontuelidad integral e inconsciente (lo de con malicia o sin malicia es otra cuestión; con el tiempo, habrá de todo).

¡Ya está!: Gil (D.Gil)- y - pollas (las dos jovencitas hijas suyas) igual a Gilipollas. Y cundió la especie por "el todo Madrid", que compuso esta palabra especial, castiza, nacida en la Capital del Reino y puesta en circulación con el marchamo del Oso y el Madroño, siendo después exportada al resto de España, ganándose a pulso el derecho de entrar en la Real Academia Española.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Branding desde la infancia

Leí hace ya algún tiempo un libro de Daniel Pink realmente interesante. Trata de concienciar al lector de la necesidad de desarrollar unas capacidades para las que tradicionalmente no nos han educado. Todas ellas están relacionadas con el hemisferio cerebral derecho que es el responsable de la creatividad, de visualizar las situaciones en su globalidad y de manejar las emociones.

Durante mi carrera siempre he intentado proyectar las estrategias analíticas, generadas por el hemisferio izquierdo del cerebro de una forma emocional, capaz de estimular el hemisferio derecho. El gran Eduardo Punset divulga en una entrevista en Marca (cualquier medio es bueno para enseñar) que está científicamente demostrado que 10 segundos antes de tomar una decisión racional, nuestro cerebro emocional ya la ha tomado. No hay mejor razón para influir en las emociones.

Las razones por las que el autor hace una llamada a desarrollar estas capacidades son demoledoras: ser capaces de superar las tres amenazas que para nuestro bienestar nos hace lo que rebautizaré como “la triple A”: la competencia de Asia, la Automatización y la Abundancia.

Dicho de otra forma, si tu trabajo alguien puede hacerlo más barato en Asia, puede ser hecho por una máquina, o es algo que está presente en un mercado “hasta en la sopa”, tienes motivos de preocupación.

Afortunadamente el trabajo al que se dedica Soulman no está amenazado por ninguna de las tres (bueno, salvo por la “abundancia” de empresas que ofrecen lo que ellos consideran consultoría de marca a precios de diseñador junior, y la “abundancia” de clientes que se lo creen).

Sin embargo esto me ha hecho plantearme lo importante que es desarrollar estas capacidades como parte de la educación de las nuevas generaciones. Sin descuidar la educación de toda la vida, estimular la creatividad y la imaginación es vital para seguir siendo competitivo.

La imaginación permite diferenciarse entre una oferta abundante. Los ordenadores no son creativos y la creatividad aplicada a un cliente local es difícil desarrollarla desde países con culturas muy diferentes. Y además a los niños les encantan estas cosas.

Hace un tiempo salió en TV un niño de 2 años que se sabía todas las marcas del carrito de la compra. Antes de que mi hijo supiese leer, reconocía las marcas de coches. Todos podemos jugar a dibujar símbolos de marcas de una forma muy rupestre y comprobar cuáles son reconocidos por niños muy pequeños. Jugando a esto con los niños he comprobado cómo las marcas más sencillas son las más fáciles de recordar.

Si conseguimos sensibilizar a los jóvenes de hoy para que desarrollen “los nuevos sentidos” seremos un país más competitivo y nuestros sucesores en este mercado lo tendrán un poco más fácil.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Soulman crea la marca de un vodka ultrapremium


La consultora fundada por Luis Manzano tras abandonar Landor, fue seleccionada para crear una marca en el segmento del vodka ultrapremium.

Soulman ha participado en el trabajo de estrategia de marca, la creación del nombre y la elección de la botella.

En el proceso de diseño Soulman ha contado además con la colaboración de Flavio Kleijn.

Este es el primer trabajo debranding que se hace público desde la fundación de Soulman Insightful Thinking, aunque Manzano reconoce estar desarrollando la marca de la empresa conjunta de MasterCard y Telefónica creada para desarrollar los medios de pago a través de teléfono móvil y otras marcas en el sector del ocio digital.

SOULMAN Insightful Thinking proporciona servicios de consultoría de marca y marketing a empresas e instituciones aunando una enorme experiencia a una gran flexibilidad. SOULMAN no limita sus servicios al branding. Ofrece la creación de plataformas para el crecimiento futuro a través de la innovación y de la mejora de la relación de sus clientes con sus audiencias a través de cualquier canal.

Representa en España a Vivaldi Partners, liderada por el profesor de Harvard e IESE Erich Joachimsthaler y aporta valor estratégico a los servicios de marketing promocional que presta con MC Comunicación con quien mantiene una alianza.

El nombre de la compañía se inspira en la canción de 1967 “Soulman”, de Isaac Hayes, en la que “I’m a Soulman” es un grito de orgullo por la propia valía.

El brandline “Insightful Thinking” indica la capacidad de entender en profundidad los problemas para aportar ideas imaginativas y brillantes, aplicables de inmediato y que impactan positivamente en el negocio.