miércoles, 10 de noviembre de 2010
Los mineros, Chile y la marca país.
Aún resuenan en mis oídos, (¿o debería decir “están impresas en mis retinas”?) las palabras de un colega del sector que cuantificaba (yo creo que más que a la ligera) la mejora de la marca España cuando ganamos la Eurocopa de fútbol. Por esa regla de tres, tras ganar el mundial deberíamos estar ya en el olimpo de las marcas país. Pero no es así. Los éxitos deportivos sólo dan una gloria efímera a un país. Es una gloria insuficiente que alegró unos pocos días a muchos desgraciados.
Lo que queda de nuestra marca país se debe más a nuestra cultura, historia y a nuestras empresas que a los títulos deportivos, aunque por supuesto que ayudan. Fernando Alonso es un ídolo para muchos, pero en mi opinión hace más por nuestra credibilidad como país el Santander. Si encima tenemos la combinación de ambos, mejor que mejor.
La mejor forma de ver que una marca es mucho más que maquillaje nos la ha enseñado el presidente de Chile, Sebastián Piñera, dando un ejemplo de lo que aquí valoraríamos mucho: determinación, fe y gestión de la crisis. Si la bandera es bonita o fea importa bien poco (Se pueden ver en Youtube las mofas de los diseñadores al nuevo escudo del gobierno de Chile buscando literalmente “12 Cosas que odio del Logo de Gobierno”).
Cuando muchos no tenían ninguna esperanza de encontrar con vida a los 33 mineros atrapados en Atacama, Piñera y su equipo tuvieron fe. Hicieron lo que hay que hacer en caso de crisis, manejar la comunicación de forma fluida y sincera. En seguida comenzaron a hacer varios planes de rescate. (Aquí dicen que nuestra economía no necesita un plan B). Se consiguió financiación y se pusieron todos los medios técnicos y humanos para conseguir el milagro. “A Dios rogando y con el mazo dando”, dice el refrán. Aquí sólo nos han mostrado en los medios lo del mazo.
Los 16 millones de dólares invertidos no sólo han salvado vidas sino que han puesto a Chile en el centro de todas las miradas, y en la foto sale como un país competente y moderno, con un gobierno comprometido y determinado para conseguir sus objetivos. Decía Eisner el CEO de Disney que la marca es el resultado de un millón de gestos. Pues éste es un gesto de los buenos. Dicen que la fe mueve montañas. En este caso las ha perforado.
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